sábado, 23 de abril de 2011

CRÍTICA “EL DISCURSO DEL REY”

‘El discurso del rey’ nos transporta a la Inglaterra de los años 20 y 30, para asistir al drama del rey Jorge VI que debe superar su tartamudez y poder hablar a su pueblo, que necesita desesperadamente un líder en un momento crucial, tras la declaración de guerra a la Alemania de Hitler, el enfoque que le quiero dar a mi ensayo está basado en aquellos valores que son exclusivos del ser humano, aquellos que  no los alcanzan los animales, únicamente el hombre, encontramos valores como la inteligencia y el conocimiento, el arte, el buen gusto, la perseverancia,  y  socialmente hablando, la prosperidad, el prestigio, la autoridad, etc.
Inspirada en hechos reales “El discurso del Rey” cuenta las vicisitudes que  Jorge VI pasa hasta poder expresarse con “normalidad” y ser un estímulo para su pueblo durante la segunda guerra mundial con sus discursos y presencia, convirtiéndose en un héroe e impulso en una situación tan difícil.
Albert protagonista de la película, quien presenta tartamudez, defecto del habla que a veces adquiere un matiz peyorativo; la persona que lo padece, el “tartaja”, es frecuentemente etiquetado de tonto o simple. Solo tenemos que repasar el acervo de chistes populares para comprender esta afirmación, si bien es cierto, el humor a veces es cruel, entre otras cosas, en aspectos irrelevantes o no propios de una cultura.
Quizá para evitar ese matiz peyorativo que mencionaba, su nombre técnico es  “disfemia” en lugar de tartamudez, se sabe que es un trastorno del ritmo del habla y no tiene que ver con trastornos de los órganos del hablahttp://i.ixnp.com/images/v6.59/t.gif,http://i.ixnp.com/images/v6.59/t.gif mucho menos con  problemas  de la inteligencia.http://i.ixnp.com/images/v6.59/t.gif
Implique alteraciones intelectuales o no, que un monarca padezca este mal, no es bien visto, genera  sensación a falta de confianza en sí mismo, restándole credibilidad a lo que se dice. Algo totalmente inadecuado considerando  la época que le toco vivir a Jorge VI.
Aunque la trama apunta un trauma infantil, en parte ocasionado por las estrictas costumbres de la familia real y su entorno, al mismo tiempo, las situaciones estresantes incrementan la ansiedad del sujeto, por ende la  intensidad de la disfemia.
El terapeuta utiliza diferentes métodos, establece además una profunda y sincera amistad con el rey, lo cual facilita el tratamiento; un tanto excéntrico, Lionel Logue, es capaz de transmitir al rey confianza en sí mismo y ganas por superar su limitación.  Los eventos asociados a la pesada responsabilidad que debe asumir “Bertie” (como insiste en llamarle Lionel) es la excusa que hace avanzar la trama central , planteando la necesidad de una comunicación horizontal entre el educador y el alumno, si bien lo más interesante es la relación que se establece entre estos dos hombres de  origen y carácter tan distintos; la diferencia de clases, los complejos del británico y el desparpajo del australiano complican el acercamiento, pero poco a poco se asienta la confianza y el respeto, llegando a una amistad que, tal como sucedió en la vida real , se mantuvo firme con el paso del tiempo. Pero lo más importante: Jorge VI recupero la confianza en sí mismo puesto que la tartamudez le ha provocado grandes problemas de autoestima y de inseguridad, especialmente, cuando se encuentra delante de determinadas personas.
Es curioso que solo se hable de cómo Jorge VI logró recuperar su voz (no del todo, pero lo suficiente para superar sus inmediatas obligaciones), cuando también Lionel experimenta una evolución interior a lo largo de la película, debiendo luchar contra los prejuicios ajenos y sus propias flaquezas, para poder ayudar al monarca, de su ejemplar actitud podemos rescatar la importancia de la tolerancia en las relaciones interpersonales, fundamentalmente las que se  deben construir cuando alguien trata de educar a otro ser humano.



Conversaciones en el Espejo.


La galería estaba abarrotada de gente que por lo general son los mismos que se ven en todos los circuitos de galerías de arte, beben, se miran unos a otros  y se van como plagas en busca de otra inauguración, la cosmética más variada se deja ver en estos escenarios de la cultura, poses exquisitas, miradas celosas, envidias, comentarios viperinos, oídos espinosos donde cualquier susurro llama a sospecha.
De pronto observe detenidamente  al  artista que me tomo en alquiler la sala, también conocía la realidad de los concurrentes, estaba de pie frente a una de sus creaciones, me acerque tratando de no molestar su atención y no pude evitar escuchar los comentarios que se apresuraban de su autorretrato, en verdad  causaba terror, pánico.
Enigmático comentaban, pero me produce paz, que extraña belleza, pero que alma tan triste refleja, como de  ira comentaban, una a otra se sucedían las opiniones, comenzó a sudar frio y denotaba un extraño temor, dio unos pasos tímidos hacia atrás y se alejó de los curiosos que susurraban sus propios miedos. Se dirigió al único lugar donde podía refugiarse por un momento.
Empujo la puerta del baño, ingreso apresurado  cerró la puerta tras de él.
Cuando reapareció me comento lo que ocurrió tras la puerta, narraba con tanta intensidad lo que había vivido que se me puso la piel de gallina, pero a su vez me regalo una gran enseñanza la fuerza de su relato me hicieron vivir como si estuviera fundida en su experiencia.
Comento que al ingresar tras la puerta del baño se apoyó nervioso con ambas manos contra  el mesón, levanto la mirada y se encontró frente a frente  en el  espejo, miró tratando de encontrar a alguien en el reflejo, pero no podía detener  su mirada que en el fondo evitaba.
Pensó en los años que llevaba encima y que no podía localizar en la imagen reflejada en el espejo, de pronto se sintió poseído por la incertidumbre, terror,  vergüenza y  lastima se deslizaban húmedas por su rostro graso, respiro muy hondo, tratando de sobreponiéndose, miró fijamente a los ojos  del extraño reflejado en el espejo, sonrió con cierto aire de tranquilidad , empuño un montón de papel higiénico del dispensador y limpio los rostros que seguían auscultándose el uno al otro,  sin perderse de vista.
Ambos rostros fueron relajándose, cambiaron la expresión, el miedo, terror y vergüenza que acompañaban las duras expresiones al momento del encuentro, dejaron de convertirse en húmedo sudor, ambos rostros sonrieron. En realidad era solo una mueca, mescla de dolor y duda
De pronto el hielo se rompió  en un extraño dialogo:
 -Es duro saber que no  puedes mostrar lo que ves en mí,  murmuraba en su mente el artista.
 Al otro lado el rostro  triste confirmaba la penosa incertidumbre.
-Soy tu tristeza le dijo el rostro,  podría ser también tu alegría si el alma superior  lo permite, las figuras en los espejos no podemos sino mostrar el alma, es nuestra naturaleza, fuimos destinadas desde el comienzo de nuestra existencia, a ser alimento o veneno para el alma humana.
Ustedes los humanos nos confrontan siempre con las almas desnudas, por lo que no podemos mostrarles sino eso,  aún mas solo podemos mostrarles una a la vez.
Quisiste decir el alma?
No; dije   almas, te explico: cuando pequeño envuelto aun en capullo cual botón de una rosa, tus almas todas se mostraban inocentes puras, entonces reflejaban  francas sonrisas inocentes, que se marchitaron con los años en muecas tristes que simulaban alegría.
-Fuisteis creciendo y como  pétalos, tus almas se abrieron sobre si y fueron mostrándose una a una, poco a poco con el tiempo se marchitaron, la savia que conduce el alimento que las sostiene dejo de alimentarlas, por eso lánguidas y con igual dolor se muestra la tristeza, amargura, el alma temerosa que generalmente aparece al lado de la iracunda, pero todas sin excepción cuando el alma superior así lo permite, se desprenden y desvanecen.
¿El alma superior como la encuentro?
La savia que alimenta tu ser,  envuelve la belleza y muestra la paz que se refleja en el alma superior, amor la suelen llamar los humanos,  los que han sido finalmente poseídos por ella, saben que es Dios, por eso cuando logras ver en mí, tu esplendor, tu belleza, tu hermosura, cuando al mirarme;  el placer más grande te abarca, puedes estar seguro que estas mirando la más grande, la más excelsa  obra de Dios.
El alma superior, es la única que puede mirar a través de tus ojos y verse en mí, pero recuerda que el alma superior es el amor que se complace en ti, en todo eso bueno, grande y bello que existe en tu naturaleza, que es al tiempo la naturaleza  Dios.
Ambas miradas se penetraron mutuamente y la mueca paso a ser una sonrisa sincera  que ambos rostros disfrutaron, por un intenso momento una alegría indescriptible lleno el espacio, ambos rostros se miraron antes de despedirse, reflejaron un inmenso amor una por la otra, un suspiro susurro desde el fondo del alma, se inclinaron ambos rostros, dieron vuelta y se alejaron.
Lo vi de regreso  a la sala,  se puso de pie nuevamente frente a su autorretrato que ahora le sonreía, me extrañaría de no saber lo sucedido en esos minutos de encuentro consigo mismo la sensación de satisfacción que ahora se dibuja en su apacible mirada que producía además  una  paz indescriptible, pensando en el dialogo que sostuvo frente al espejo estoy segura que es el espíritu de Dios  que está observando a través de él , creo que finalmente ha podido aceptarse  como es,   y yo he aprendido del artista que si me observo con  amor aun lo más duro que puedan existir en mis otras almas sé que se ha marchitado y que puedo prescindir de ellas, pronto el viento de la esperanza las aflojara y se desprenderán finalmente solo el alma superior me conducirá a la madurez espiritual.

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